Como les he comentado siempre, no sólo comemos para alimentarnos…
También utilizamos algunas “comidas de confort” para resguardar algunas emociones que tenemos en el diario vivir.
A éstas en NO DIETA les llamamos las carbograsas dulces o saladas, que en general se asocian a eventos de la infancia, fiestas, padres, abuelos, buenos momentos; y también frente a estrés y emociones negativas.
Cuando las buscamos no necesitamos “comida”, lo que buscamos, es sin saberlo, la consecuencia emocional de consumirlo: el placer y el bienestar que nos evocan.