Los objetivos de una alimentación adecuada y equilibrada debe cumplir con los siguientes:
- Asegurar un crecimiento y desarrollo óptimos.
- Evitar carencias nutritivas.
- Prevenir enfermedades.
La alimentación debe ser equilibrada y variada en platos, sabores, texturas y consistencia e incluso colores. Incorporar alimentos de todos los grupos y en las porciones recomendadas asegurará que la alimentación cumpla con las cuatro “Leyes de la Alimentación”
- A la hora de introducir alimentos nuevos conviene hacerlo progresivamente y al principio de cada comida, cuando el niño tiene más apetito.
- Incentivar siempre la ingesta de agua ante otros refrezcos azucarados o no que contienen colorantes, preservantes y azúcares o excipientes que finalmente los exponen a futuras caries y exceso de peso.
- Procurar que el niño no adquiera conductas alimentarias caprichosas y monótonas con preferencia hacia unos alimentos y aversión a otros, que pueden conducirlo a una alimentación deficitaria.
- Limitar el consumo de alimentos con “calorías vacías” (golosinas, snacks, bebidas, jugos, etc), entre las principales comidas.
- Adaptar los menúes a las características individuales, familiares y económicas en cada caso.
- Educar a los niños, para que realicen una masticación adecuada y coman lentamente. Promover un adecuado manejo de los utensilios de mesa.
- Permitir la participación de los niños en la elaboración de preparaciones para que reconozcan diferentes formas de vehiculizar los alimentos.
- Favorecer la ingesta de alimentos preparados en casa, frutas, panes y productos lácteos, moderando la frecuencia de consumo de embutidos, patés, galletitas y snacks.